La adolescente embarazada vive esta situación con angustia y temor a decírselo a sus padres, se siente desbordada. El miedo a la reacción de su familia le lleva en muchos casos a ocultárselo dificultando de esta manera la solución del problema, que parte de una detección precoz y una intervención y apoyo inmediato por parte de la familia y otros agentes sociales. La alternativa que ella se plantea es terminar con esta angustia, quitarse lo antes posible la responsabilidad que se deriva de tener y educar al hijo y la mayoría de las jóvenes optan por plantearse el aborto. Esta opción hay que pensarla con calma, pedir información del proceso y sobre todo que la adolescente esté apoyada y supervisada en todo momento. Abortar puede tener secuelas, problemas psicológicos que en algunos casos necesitan ayuda profesional del psicólogo para abordar esta situación.
Es importante que la joven cuando sienta los síntomas antes mencionados, les expliqu a sus padres con tranquilidad que es lo que está pasando para que lo antes posible se tomen las medidas necesarias para abordar el problema con eficacia. La comprensión, el diálogo cercano y constructivo facilitará la disminución de la angustia de la adolescente y empezar con la toma de decisiones para dar alternativas de solución.
Uno de los aspectos que se ven afectados de manera inmediata es su rutina y rendimiento académico. Es difícil en muchos casos asistir con regularidad a clase, por los malestares físicos, por la imagen que muestra a los compañeros y profesores, se ve distinta a las demás y en esas edades es difícil de asumirlo. Aparecen dificultades de autoestima, tristeza y un aislamiento que va a provocar que abandonen sus estudios.
Otro aspecto a tener en cuenta es la forma de educar al bebé en los primeros momentos y sobre todo a lo largo de la infancia. Nos encontramos con una madre o padres sin experiencia y unos abuelos y familia en general que se ven con la responsabilidad de educarle. Distintos criterios educativo y las diferencias importantes entre la forma de hacerlo de unos y otros suelen ser motivo de discusiones frecuentes. El resultado puede ser que los hijos tienen problemas de conducta ya que se vuelven manipuladores porque sacan ventajas de unos y otros.
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